Uno de los puntos importantes a la hora de hablar sobre la oración es la fe. Nuestras oraciones deben estar revestidas de fe. Pero qué es exactamente la fe. Todos estamos dotados para creer y para confiar en algo, es parte de la naturaleza humana. En la actualidad llamamos a cualquier cosa fe. Decimos que los budistas, musulmanes, tibetanos y cualquier persona que profese creer en algo tiene fe. Incluso muchas personas dicen creer en Dios, pero ¿por qué no le obedecen?. Tener confianza en algo o creer en ello no nos hace tener fe.
Las escrituras nos enseñan que Jesucristo es el autor y consumador de la fe. Él es quien la creó y quien la activa en la vida de las personas: “Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe (…)” Hebreos 12:2 NTV
- Fe es obediencia
La fe es la capacidad que Dios te da, a través del Espíritu Santo, para obedecerlo. Incluso hasta los límites de tu razón y de tu creer. La fe no es creer, es obediencia. Cuando tenemos fe haremos todo lo que Dios nos pide. Lee conmigo la historia del joven rico:
“Alguien se acercó a Jesús con la siguiente pregunta: —Maestro, ¿qué buena acción tengo que hacer para tener la vida eterna? —¿Por qué me preguntas a mí sobre lo que es bueno? —respondió Jesús—. Solo hay Uno que es bueno; pero para contestar a tu pregunta, si deseas recibir la vida eterna, cumple los mandamientos. —¿Cuáles? —preguntó el hombre. Y Jesús le contestó: —“No cometas asesinato; no cometas adulterio; no robes; no des falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre; ama a tu prójimo como a ti mismo”. —He obedecido todos esos mandamientos —respondió el joven—. ¿Qué más debo hacer? Jesús le dijo: —Si deseas ser perfecto, anda, vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Cuando el joven escuchó lo que Jesús le dijo, se fue triste porque tenía muchas posesiones.”
Mateo 19:16-22 NTV
Muchas veces hacemos las cosas porque es nuestro deber pero no porque tengamos fe. Lo vemos claramente en la historia del joven rico. Él cumplía con los mandamientos de Dios pero fue incapaz de dejar todo por seguir a Cristo. Realmente no tenía fe.
Hebreo 11 nos muestra la vida de muchos hombres que vivieron por la fe, siendo capaces de dar sus vidas en obediencia a Dios. Persuadidos de una verdad mayor
2. La fe ora por la voluntad de Dios
La fe hace que ores conforme la voluntad de Dios, olvidándote de ti y priorizando lo que Dios quiere hacer contigo según su soberana y predestinada voluntad.
“Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe? »Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”
Mateo 6:30-33 NTV
Todo aquello que necesitaremos hasta el final de nuestra vida está cubierto por Dios. Las personas de fe no piden por estas cosas, buscan la voluntad de Dios. Enfocan su oración en descubrir lo que Dios quiere que ellos hagan en beneficio de su Reino.
En la parábola del juez injusto Jesucristo nos enseña a orar incansablemente al Padre porque Él nos escuchará y hará justicia (Lucas 18:1-8). Jesús les cuenta esta historia con un solo fin: no se den por vencidos. Para demostrarles que debían seguir orando sin cesar y jamás rendirse. Aquellos que oran por el bien insistentemente serán escuchados y recibirán una respuesta positiva. El apóstol Pablo se une a las palabras de Jesús diciendo que la oración de la iglesia trae el bien de Dios a la tierra (1 Timoteo 2:1-4 )
Lo más grande que tú puedes orar es por la salvación de una persona. A Dios le importa más cómo llegaras al corazón de un hijo rebelde o cómo le llevaremos el evangelio a nuestro vecino, como lograremos ser de testimonio en nuestro trabajo, eso es lo que le importa a Dios.
Cuando nuestras oraciones comienzan a cumplirse, es porque estamos orando por aquello que el Señor predestinó que oraramos. Al orar con fe comenzamos a experimentar cosas que la gente normalmente no ve, nuestra fe crece, se fortalece, sentimos paz porque sabemos que Dios está vivo y activo en todo lo que hacemos
Si oras con fe, no priorizando tus propios intereses, necesidades, proyectos y sueños. Y comienzas a orar por los planes de Dios, que son mucho más satisfactorios que los tuyos, porque son eternos, Dios te responderá.
Jesús termina diciendo en la parábola: Pero cuando el Hijo del Hombre regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra?».”
Te pregunto a ti que estás leyendo este mensaje ¿tienes fe ?



