A pesar de las adversidades que enfrentamos hoy en todo el mundo, incluso dentro de la iglesia, Dios dispuso un tiempo a favor para nosotros. Un período de gracia que Dios ha dispuesto, donde su misericordia, piedad y amor por sus escogidos se manifiestan de manera especial.
Cuando llegó a Nazaret, la aldea donde creció, fue como de costumbre a la sinagoga el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron el rollo del profeta Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor ». Lo enrolló de nuevo, se lo entregó al ayudante y se sentó. Todas las miradas en la sinagoga se fijaron en él. Después Jesús comenzó a hablarles: «La Escritura que acaban de oír ¡se ha cumplido este mismo día!». (Lc 4:16-21 ).
¿Recuerdas esos días en los que la televisión era el epicentro de la diversión?. Cuando era niño uno de los programas mas emocionantes de aquellos tiempos -ya no recuerdo su nombre- era uno donde la gente tenia la oportunidad de vivir el sueño de cualquier comprador compulsivo: ¡Recorrer un supermercado durante tres minutos y llevarse todo lo que pudieran cargar en un carro!. La adrenalina se sentía mientras los concursantes corrían por los pasillos como si sus vidas dependieran de ello, agarrando cualquier cosa que pareciera útil o deliciosa. Desde los productos básicos como el arroz y las papas fritas, hasta chocolates y helados, ¡todo valía!. Un sueño compartido por todos nosotros.
Aunque te cueste imaginar, creer es gracia. Que tú puedas confiar en el Señor es gracia.
Porque, ¿Quién no querría tener tres minutos para recorrer un supermercado y llevarse todo lo que desea?. El público en sus casas se emocionaba con cada movimiento. Lo cómico de todo esto, era cuando de la familia ganadora escogían al hijo menor en representación de todos para que entrara al supermercado y ¡no a la mama!. Ya puedes imaginarte qué cosas echaba en ese carro. Mientras los adultos podrían haber optado por productos prácticos y necesarios, al hijo menor ni se le pasaba por la cabeza esas cosas. ¡Ellos solo echaban dulces, galletas y juguetes!.
Hoy nosotros tenemos un tiempo a favor. Dios nos ha dado la libertad de entrar al supermercado de la vida para sacar salvación, amor, restauración para nuestras familias y sanidad. Pero las iglesias hoy están haciendo mal uso de este tiempo de gracia. Muchas veces nos sucede lo mismo que a este niño de supermercado. Por la inmadurez de nuestro corazón desaprovechamos el tiempo de favor que Dios nos ha dado, y en lugar de tomar las cosas que serian de provecho para nosotros y nuestras familias, llenamos el carro de nuestra vida con dulces, caramelos y juguetes.
Hoy muchos cristianos en Estados Unidos, Europa y América latina, que fueron cristianos toda la vida y participaron en iglesias desde muy pequeños han apostado de la fe diciendo que «no creen en un Dios que un día echara a los seres humanos a un infierno con fuego eterno». Convirtiéndose para ellos este tiempo de favor en libertinaje.Y es que la tendencia del ser humano es a desobedecer, modificar la palabra de Dios y la verdad según su conveniencia o lo que le gusta.
Es apremiante que en este tiempo tomemos el carro del favor de Dios, corramos al supermercado de la gracia y echemos todo lo que necesitemos; amor, gozo, paciencia, paz, dominio propios, etc. Para salir de este tiempo de gracia en victoria y salvos
Comienza a poner tu vida en orden, mientras más tiempo una persona vive en desorden, el desorden se vuelve más caótico y cuesta más ordenarlo. Quizás llevas años en liviandad, en soberbia, años pensando: «para mi el evangelio funciona de esta forma». Déjame decirte, Cristo viene en breve. Y tienes que estar a cuentas con Él. Para el mundo el Evangelio, pero para ti: Cristo viene. Porque nadie podrá presentarse delante de Él en pecado, tenemos que subir santos, habiendo rechazado las ofertas del mundo, dejando nuestros pensamiento carnales y arrepentidos de la apostasía.
No ames al mundo ni las cosas que ofrece. Hoy la iglesia esta vuelta loca en su éxtasis seudo-espiritual buscando cosas que Dios nunca prometio darles. Afanados en cosas que no debería estar pensando. Si un predicador se ocupa de hablarte de dinero o de prosperidad todos los fines de semana, hablarte de bienes materiales, desarrollo emocional, realización personal, de equilibrio psicológico, de cruceros, autos, esa persona esta perdida. Si tu prefieres creerle a uno de esos embaucadores y no a las escrituras te vas a condenar y Dios no quiere eso para ti porque estamos en un tiempo de favor.
Dentro de nuestras iglesias tenemos una generación de jóvenes perdida; jóvenes que no saben de qué se trata el evangelio. Estén más preocupados de la música hipster, ropa aesthetic, luces de colores y la fama. No han entendido nada de la santidad y la gloria de Dios. Usan cualquier método mundano para expresar el cristianismo. Hoy los pastores se tatúan el cuerpo, son sexys, otros son radicalmente legalistas. Dos extremos.
No te afanes y busca primero el reino de Dios y su justicia. Dios nos promete en Mateo 6:33 que Él proveerá para todo lo que necesitamos, no a nuestra manera o en nuestras formas. Como iglesia tenemos que estar preparados para dar cuentas al Señor.
Predica el evangelio. El favor de Dios busca manifestar el amor de Dios y salvar la mayor cantidad de gente posible. Que todos procedan al arrepentimiento. Dios nos llama en el tiempo del favor a predicar el evangelio. Anda y salva. (Mc 16:15)
Estamos distraídos con otras cosas y el mundo ya se está preparando para el último tiempo. La señal de los últimos tiempos no está en Israel, ni en las guerras o enfermedades que van a venir. Si no en la apostasía, Pablo le dice a los tesalonicenses: «No se dejen engañar por lo que dicen. Pues aquel día no vendrá hasta que haya una gran rebelión contra Dios y se dará a conocer el hombre de anarquía -el anticristo- aquel que trae destrucción» (2Ts 2:3). Hoy hay pastores que en sus iglesias están casando homosexuales, transexuales y lesbiana, iglesias con personalidad jurídica que la componen y pastorean estas personas. Tenemos pastores de 20 años pastoreando iglesias multitudinarias, jóvenes que son guiados por sus pasiones y tendencias sin la madurez necesaria para guiar la vida de las personas y sin conocimiento real de la palabra de Dios. Hoy lo que estamos viendo es la apostasía en la iglesia. El evangelio de la prosperidad ha permeado a muchas iglesias y pastores.
Llegará el momento en que se dará a conocer la justicia de Dios y esa justicia vendrá¡ en forma de ira. Pero la ira de Dios no es como tu ira porque la ira de Dios no busca lo suyo. En la ira de Dios no hay un celo banal como en el nuestro. Debemos estar a cuentas con el Señor, deja tu indiferencia y llévale tu vida al Señor. Mira tu vida… ¿cómo está?.



