Hoy quiero compartir contigo un mensaje que puede cambiar tu vida si lo estás leyendo por primera vez, tiene relación con la razón de nuestra existencia: por qué Dios nos escogió.
Hay cristianos que no han descubierto su propósito o ni se imaginaban que Dios tenía un propósito. A veces hablo con cristianos que llevan años en el evangelio y no saben porque Dios los escogió. Ser cristiano es un estilo de vida pero no es un propósito. El propósito está dentro de ese estilo de vida. Propósito es aquellos que dota de razón nuestra vida.
No todos son escogidos por Dios. Esto que estás viviendo es una exclusividad y es de alto valor. No te va a pasar nada en la vida que tenga más valor que tener a Cristo y escuchar su palabra. No experimentarás nada más glorioso en tu vida que el que Dios te haya escogido.
La palabra «propósito» en la biblia es un concepto griego que se menciona como «thelos» y significa «objetivo». ¿Tienes un objetivo dentro de tu vida cristiana? ¿Cuál es tu objetivo dentro del evangelio? Todos los seres humanos en la vida tienen un objetivo. Quizás hoy tus objetivo están en tu trabajo o en tus estudios, pero cuando Cristo llega a nuestra vida, Él trae un nuevo propósito. Muchas veces no saca todos los sueños que tenemos en nuestra vida, en algunas ocasiones si, como en la mía, y lo entiendo por el llamado que tengo. Dios interviene nuestras vidas y nos da un propósito que es eterno, el tuyo es temporal. Cualquier cosa que puedas soñar humanamente tiene fin. La biblia dice que todo lo que el hombre hace se marchita, se corrompe y se acaba. Pero las cosas del Señor permanecen para siempre. Cuando Dios viene a tu vida y te da propósito te entrega un objetivo que es eterno, siempre. Siempre dejará un legado. Hay cristianos que viven como si sus vidas no valieran nada.
Cuando vivimos un propósito humano, ese propósito va a caducar en algún momento, hágase rico, ten hijos, un día van a desaparecer, un día se va acabar. Pero cuando el Señor viene a tu vida, te compra, te separa, te da un propósito y hace que tu vida cobre un alto valor. Eso es lo que muchos cristianos no entienden. Tú insignificante, pasajera y humana vida adquirió el mayor valor que existe en el universo, tiene el valor de quien pagó el precio por ella. Tú vida vale el precio de la vida de Jesús, eso costo traerte la santidad y a la vida de fe. Por lo tanto, nuestra vida tiene un propósito tan trascendental que no podemos vivir como cristianos corrientes, fuimos llamados a cambiar la vida de quienes nos rodean, no fuimos llamados para hacer logros y metas acá en la tierra o buscar nuestra realización personal, tienes un llamado más grande que esto. Tú vida fue levantada y transformada para que tú salves vidas. Eso es propósito.
¿Qué quieres tú? ¿Ser sólo una bendición temporal o ser trascendente como Dios diseñó que fueses?. Tú y yo tenemos un propósito en común, ser como Jesuscristo. Este es el primer propósito que Dios nos dio. El evangelio es salvación, no es humanismo cristiano, Jesús no vino a hacer humanismo cristiano, él vino a salvar. Hay cristianos que se conocen tan poco porque no tienen propósito, creen que están respaldados por Dios porque predican o le han dicho la verdad a otras personas, pero que Dios te use no significa que Dios te apruebe, que Dios te permita predicar su palabra no quiere decir que está de acuerdo con tu estilo de vida.
Nuestro propósito general
¿Jesucristo es tu hermano a mayor? ¿Es tu ejemplo a seguir? ¿Estas dispuesto a hacer lo que él diga?. En el contexto cultural bíblico el hermano mayor tenía un peso que no tenía otro hermano, si no estaban los padres en casa, él era quien estaba a cargo de todo, se mueren los padres…es él quien se hace cargo. Podemos verlo en la misma vida de Cristo al comenzar su ministerio a los 30 años porque tenía que dejar a sus hermanos criados. Las escrituras nos dicen que nuestro primer propósito es parecernos a Jesús.
«Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor entre muchos hermanos» Rom 8:28-29
El segundo propósito es anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Tu y yo tenemos muchos errores, a él no le falta nada. En él todo es virtud, es tu misión y tu propósito ir a tu familia y amigos y hablar de él; que es todo misericordia, piedad y gracia. Es el propósito general de nuestra vida. No hay mayor bendición que le que entregar a nuestros enemigos el mismo amor que Cristo nos ha dado a nosotros.
«Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa» 1 Pedro 2:9
El tercer propósito es amar al Señor con todo nuestro corazón.
“Jesús contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” . Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Toda la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.” Mateo 22:37-40
Hay una canción que escribí hace mucho tiempo, que se llama «mientras respire».
Hace unos años tenia una canción en mi corazón pero no la podía terminar. Un día, caminando por la calle pasé por afuera de una iglesia, desde afuera se escuchaba al predicador que decía: «si te faltan fuerzas búscalas en Jesús». En ese momento lo entendí… y pude terminar la canción. El resto del camino me fui cantando:
«al fin lo entiendo
al fin comprendo
que todo lo que falta en mí
lo tengo que encontrar en ti»
Y al llegar terminé la canción. Entendí que no puedo amar a Dios como él me ama a mi, ni como él me pide. Si él no viene a mi vida, se revela en mi maldad, se revela en mi inconstancia, en mi infidelidad y me muestra fidelidad, amor sin condiciones, misericordia….. No podemos amar a un Dios que no se ha manifestado con todo lo contrario de lo que nosotros le entregamos. Queremos amar a Dios siendo buenos con él… pero ¿sabes cuando uno se derrite de amor por Dios? Es cuando hiciste algo terrible y él te perdonó, cuando te fuiste y él te fue a buscar, cuando hiciste algo terrible y él te dijo: «no importa hijito, ven». Nadie te puede amar como él te ama. Dios no tiene problemas eternos con que tu falles, Dios tiene problemas con ese constante mal andar te puede traer cojera, Dios ya te salvó. No descuides la salvación. Aprovéchala conociendo la misericordia de Dios. Y cuando falles, peques corre a él. Él te va a enseñar a amar, no de manera teórica como en un disputado, él te va a perdonar una y otra vez, te va restaurar y te va a levantar y ¿sabes como vas a terminar?. Completamente enamorado de él. No tenemos un amor más grande que Cristo.


